PacBoy
2005-06-09 20:02:39 UTC
REPORTAJE
A HORACIO VELMONT
Para que se pueda comprender mejor la mediumnidad y sus alcances,
incluimos un reportaje imaginario del diario Clarín al profesor
Velmont (un reportaje que hace mucho tiempo este matutino debía haber
hecho para colaborar con los Maestros de Luz en la difusión del Nuevo
Conocimiento para el Tercer Milenio).
CLARÍN: ¿Qué es en realidad la mediumnidad?
Horacio Velmont: La mediumnidad es el vehículo que permite la
comunicación entre el plano físico y los planos suprafísicos, mal
llamados "espirituales" porque es un término equívoco.
Los planos 2 y 3, por ejemplo, denominados "del Error", son habitados
por seres que son precisamente todo lo contrario de lo que se entiende
comúnmente por la palabra "espiritual". A través de la mediumnidad,
los espíritus que tienen cuerpo físico (encarnados) pueden
comunicarse con los que no lo tienen (desencarnados).
CLARÍN: ¿Por qué prácticamente todos los líderes religiosos se han
manifestado en contra de la mediumnidad?
Horacio Velmont: No se han manifestado en contra de la mediumnidad en
sí, sino de su utilización indiscriminada, especialmente por quienes
desconocen su mecanismo y sus peligros.
La mediumnidad es un arma de doble filo: mal utilizada puede provocar
estragos. Uno de los ejemplos más famosos puede verse en Juana de
Arco, que era médium formidable, pero la errónea interpretación de
lo que recibía de los mundos suprafísicos la llevó a cometer
tremendos desatinos, que finalmente la condujeron a la hoguera.
Así como hay que distinguir la electricidad de su uso, que puede ser
bueno o malo, también hay que diferenciar a la mediumnidad, como hecho
científico, de su utilización correcta o incorrecta.
CLARÍN: ¿Qué probabilidad existe en la actualidad de una
transmisión fiel de los mensajes por parte del médium?
Horacio Velmont: En esta etapa de la humanidad las probabilidades son
escasas, y aun una transmisión fiel no es suficiente.
CLARÍN: ¿Por qué una transmisión fiel no es suficiente?
Horacio Velmont: Voy a responder con otra pregunta: ¿Acaso el
teléfono no transmite fielmente las palabras, pero los conceptos
vertidos por quien está del otro lado de la línea pueden estar
equivocados?
En buen romance, alguien, a través del teléfono, puede transmitir con
toda fidelidad que ¡dos más dos son cinco! La transmisión
mediúmnica, entonces, no solo debe ser fiel sino verdadera.
CLARÍN: ¿Cuáles son los obstáculos más comunes de la mediumnidad?
Horacio Velmont: Los obstáculos de la mediumnidad son tantos, y tan
importantes, que se puede decir que es casi un milagro que en la
actualidad exista una transmisión en la que pueda confiarse.
El 99 % de los mensajes recibidos son, de alguna manera, falsos.
1) El primer obstáculo es que el médium no es un transmisor sino un
traductor. Un teléfono o una radio son transmisores, y el médium no
es ninguna de estas cosas.
El médium traduce las ideas o conceptos de los desencarnados a
palabras entendibles en el plano físico.
En los mundos suprafísicos o "espirituales" no se usa el lenguaje como
en el plano físico sino la telepatía, a través de la cual en un
instante se puede transmitir el contenido de toda una biblioteca.
El problema de la mediumnidad consiste, entonces, en cómo transmitir
una idea o un concepto de cierta vastedad en pocas palabras.
Si en el plano físico a mil personas se les pide describir en diez
líneas una casa, casi con seguridad se tendrá la descripción de mil
casas distintas. Y con la mediumnidad sucede lo mismo.
Al no ser un teléfono o una radio, al médium le cabe el conocido
refrán de "tradutore traditore", es decir, el traductor es siempre un
traidor.
Y en esto no tiene nada que ver la buena fe, porque sucede lo mismo.
Naturalmente que si el médium es de mala fe el problema se agrava.
2) El segundo obstáculo es que al problema de la traducción hay que
agregarle otro no menos importante, que es el hecho de que la mayoría
de los mensajes mediúmnicos son brindados por entidades del Error, es
decir de los planos 2 y 3, que a su ignorancia hay que agregarle las
intenciones de escarnecer a los seres encarnados, aprovechando que
éstos no pueden percibirlos (ellos sí pueden percibirnos, porque,
como pauta, los planos superiores pueden ver a los inferiores).
Mal, entonces, estas entidades pueden transmitir verdades que ni ellos
mismos saben. Incluso existen entidades que han alcanzado los planos
superiores pero a causa de su ego han descendido de nivel, y utilizan a
los seres humanos encarnados para descargar su odio o frustración.
Éstos son los peores, porque dan mensajes verdaderos mezclados con
mensajes falsos. ¿Y que puede haber más pernicioso que una entidad
que para destruir miente, pero para que le crean la mentira la disfraza
con algunas verdades?
3) El tercer obstáculo es la poca capacidad de la mente decodificadora
del médium para traducir ideas o conceptos a palabras.
Hay traductores y traductores. Si el médium traduce literalmente (es
decir, sin interpretar o evaluar primero el mensaje), esa traducción
puede ser un desastre, tal como sucede con los traductores mecánicos
tan comunes en la actualidad.
A esto hay que agregar el poco o ningún conocimiento que tenga el
médium de la materia sobre la que versa la mediumnidad.
Si la entidad desencarnada transmite conceptos de música y el médium
no tiene este tipo de conocimiento, sería algo excepcional que
traduzca fielmente los mensajes.
4) El cuarto obstáculo son las ideas propias del médium. Si el
médium es, por ejemplo, fanático religioso y una entidad le quiere
transmitir ideas agnósticas, lo más probable es que las tergiverse.
Y esta tergiversación, el médium puede hacerla en forma automática y
de buena fe.
Aquellos que escuchan los mensajes y que confían en la buena fe del
médium porque conocen su trayectoria pueden ser inducidos a error a
causa de esta peculiaridad que ignoran.
¿Qué sucede con las entidades de Luz que se comunican a través de un
médium que tergiversa los mensajes? Simplemente se retiran, y entonces
toman su lugar otras entidades de bajo nivel que continúan los
mensajes haciéndoles creer al médium y a los asistentes a las
sesiones que continúan presentes los Maestros.
Rara vez el médium y los asistentes se dan cuenta de la sustitución,
porque las entidades del Error son muy astutas en este aspecto, y así
es como entonces aquéllos, obviamente de buena fe, comienzan recibir y
a difundir falsedades.
Los mensajes disparatados que escuchamos constantemente y que hieren el
sentido común, tienen esta procedencia.
Los Maestros de Luz no pueden impedir que esto suceda porque tienen que
respetar el libre albedrío, pero ven con pena (los seres de Luz no
sufren por ellos sino por los otros) cómo el médium y sus seguidores
son engañados en su buena fe.
5) El quinto obstáculo son los engramas en reestimulación que pueda
tener el médium.
Como los engramas operan como órdenes hipnóticas, la mente
decodificadora del médium puede recibir bien una idea, pero aun así
el engrama tergiversarlo (siempre en forma automática, ya que el
engrama no depende de la voluntad).
Entonces, por ejemplo, si el médium tiene implantado en su mente
reactiva un engrama con el contenido "Dios no existe", a las entidades
les será imposible lograr que el médium traduzca "Dios existe". De
más está decir que sobre esta base errada, ningún mensaje puede ser
válido.
6) El sexto obstáculo es la agresividad de los asistentes a una
sesión mediúmnica, que puede desestabilizar el delicado organismo del
médium y por ende a la entidad incorporada.
La fidelidad de la transmisión en estas circunstancias se resiente, e
incluso puede hacer "saltar" del receptáculo a la entidad incorporada.
Cuanto más elevado es el médium, con más facilidad puede ser
desestabilizado. Después de un hecho así, durante varios días el
médium sufre, inevitablemente, diversos trastornos físicos y
psíquicos.
CLARÍN: ¿Por qué el caso de Jorge Olguín sería diferente?
Horacio Velmont: La respuesta es muy simple. En la historia de la
humanidad puede observarse cómo siempre aparece alguien que marca el
punto más alto de la raza en ese momento.
Cuando Barnard hizo la primera operación de corazón era el único que
la podía hacer, a pesar de todos los buenos cirujanos que existían en
esa época. El día 5 de mayo de 1954, el atleta británico Roger
Bannister corrió la milla por debajo de los 4 minutos, siendo, para
los expertos algo casi inconcebible que una persona pudiera cubrir
dicha distancia en un guarismo por debajo del "límite" imaginario de
los cuatro minutos. La sonata de Beethoven llamada "el martillo" fue
considerada imposible de ejecutar hasta que lo hizo Franz Liszt. Las
posibilidades de la ejecución violinística permanecieron ignoradas
hasta Paganini, del cual se dijo, por su virtuosismo, que había
pactado con el diablo. Hoy, muchos cirujanos hacen operaciones de
cozarón, muchos corredores han sobrepasado el récord de Bannister,
muchos pianistas ejecutan la sonata "el martillo" de Beethoven y muchos
ejecutan las composiciones de Paganini con toda facilidad.
Pero siempre hay un pionero, que encarna precisamente con la misión de
imprimir un nuevo impulso al hombre.
En el campo de la mediumnidad, el profesor Jorge Olguín es uno de
estos pioneros. Es uno de los cuatro médium en todo el mundo capaz de
recibir la Energía Crística (el Cristo) y el primero, y el único
hasta ahora, que pudo incorporar a un eloaHoracio Cualquier otro
médium hubiera sido destruido por la tremenda energía de estas
entidades.
Por otra parte, la mediumnidad de Jorge Olguín es la de una entidad
que, como espíritu, se encuentra en el 5to. nivel de vibración, el
más alto grado al que puede alcanzar un espíritu, siendo su fidelidad
de transmisión del 95 %, que llega casi al 100 % cuando revisa el
material grabado y lo corrige, momento en el cual también es ayudado
por su propio Yo Superior (Johnakan Ur-el) y otras altas entidades.
CLARÍN: ¿Cómo se puede saber si lo que transmite el profesor Olguín
es verdad?
Horacio Velmont: Fundamentalmente a través de la práctica y el
estudio. Se llega un punto en que de tanto dialogar con las entidades
uno termina haciéndose experto.
Pero a esto debe sumarse la condición de que el interlocutor debe
tener suficientes conocimientos sobre la materia sobre la cual
pregunta.
Si el interlocutor no sabe nada, por ejemplo, de Dianética o de
Cienciología, mal puede evaluar si la entidad que responde es el
espíritu que animó a Hubbard cuando estuvo encarnado o si la entidad
que se presenta conoce el tema.
De la misma forma, solamente alguien que tenga un mínimo de
conocimiento de la teoría de la relatividad sabría si es Einstein o
algún otro sabio de la misma magnitud el que se está comunicando y
brindando explicaciones (en realidad no importa el nombre de la entidad
sino el mensaje).
Cuando yo dialogo sobre Dianética o Cienciología, sé muy bien si la
entidad que se comunica sabe o no del tema. Además, el espíritu que
animó a Hubbard cuando estuvo encarnado tiene una forma peculiar de
comunicarse que con la práctica se aprende a individualizar.
Para concluir, hay que tener en cuenta que los espíritus son, al
encarnar, meros intérpretes de un rol, y que al desencarnar ese rol
desaparece.
Esto significa que nadie puede comunicarse con el Jesús histórico,
con Hubbard, el fundador de Cienciología, con Confucio, el filósofo
chino, o con su propio padre fallecido, porque éstas personas fueron
meramente personajes interpretados por un determinado espíritu (y
solamente por su 10 %, quedando el 90 % en su plano de origen), que
incluso a lo largo de su vida encarnaron y ejercieron otros roles.
Por lo general, los espíritus encarnan 100, 200 o más veces, de modo
que sería absurdo confundir un rol con el espíritu-actor que lo
animó. Sería lo mismo que confundir al espía de ficción James Bond
con el actor Sean Connery que lo interpretó, que además interpretó
también otros papeles.
En mi práctica mediúmnica he visto que los espíritus que se
incorporan para dialogar se molestan bastante cuando algún asistente
los confunde con el rol que interpretó en el plano físico, con el
cual poco o nada tienen que ver.
CLARÍN: ¿Es importante que el interlocutor, además poseer
conocimientos suficientes sea clear, es decir que esté libre de
engramas condicionantes?
Horacio Velmont: Sería muy conveniente, porque, por ejemplo, si el
interlocutor tuviera activado un engrama con el contenido verbal de
"nunca lo creeré", "no lo puedo creer", "son tonterías",
"no le haré caso", o cualquier otro engrama negatorio -que
cualquier persona tiene porque son muy comunes-, estará pronto para
rechazar cualquier evidencia, aun la más contundente.
Siendo clear, las probabilidades de que evalúe con imparcialidad las
respuestas de las entidades son mayores.
Otro de los engramas invalidantes sería aquel que contenga el tan
conocido, y no menos disparatado dicho, de que "a los muertos hay que
dejarlos en paz".
Con un engrama de esta naturaleza en su mente reactiva, sería un
milagro de que alguien se atreviera a participar de una sesión
mediúmnica.
A HORACIO VELMONT
Para que se pueda comprender mejor la mediumnidad y sus alcances,
incluimos un reportaje imaginario del diario Clarín al profesor
Velmont (un reportaje que hace mucho tiempo este matutino debía haber
hecho para colaborar con los Maestros de Luz en la difusión del Nuevo
Conocimiento para el Tercer Milenio).
CLARÍN: ¿Qué es en realidad la mediumnidad?
Horacio Velmont: La mediumnidad es el vehículo que permite la
comunicación entre el plano físico y los planos suprafísicos, mal
llamados "espirituales" porque es un término equívoco.
Los planos 2 y 3, por ejemplo, denominados "del Error", son habitados
por seres que son precisamente todo lo contrario de lo que se entiende
comúnmente por la palabra "espiritual". A través de la mediumnidad,
los espíritus que tienen cuerpo físico (encarnados) pueden
comunicarse con los que no lo tienen (desencarnados).
CLARÍN: ¿Por qué prácticamente todos los líderes religiosos se han
manifestado en contra de la mediumnidad?
Horacio Velmont: No se han manifestado en contra de la mediumnidad en
sí, sino de su utilización indiscriminada, especialmente por quienes
desconocen su mecanismo y sus peligros.
La mediumnidad es un arma de doble filo: mal utilizada puede provocar
estragos. Uno de los ejemplos más famosos puede verse en Juana de
Arco, que era médium formidable, pero la errónea interpretación de
lo que recibía de los mundos suprafísicos la llevó a cometer
tremendos desatinos, que finalmente la condujeron a la hoguera.
Así como hay que distinguir la electricidad de su uso, que puede ser
bueno o malo, también hay que diferenciar a la mediumnidad, como hecho
científico, de su utilización correcta o incorrecta.
CLARÍN: ¿Qué probabilidad existe en la actualidad de una
transmisión fiel de los mensajes por parte del médium?
Horacio Velmont: En esta etapa de la humanidad las probabilidades son
escasas, y aun una transmisión fiel no es suficiente.
CLARÍN: ¿Por qué una transmisión fiel no es suficiente?
Horacio Velmont: Voy a responder con otra pregunta: ¿Acaso el
teléfono no transmite fielmente las palabras, pero los conceptos
vertidos por quien está del otro lado de la línea pueden estar
equivocados?
En buen romance, alguien, a través del teléfono, puede transmitir con
toda fidelidad que ¡dos más dos son cinco! La transmisión
mediúmnica, entonces, no solo debe ser fiel sino verdadera.
CLARÍN: ¿Cuáles son los obstáculos más comunes de la mediumnidad?
Horacio Velmont: Los obstáculos de la mediumnidad son tantos, y tan
importantes, que se puede decir que es casi un milagro que en la
actualidad exista una transmisión en la que pueda confiarse.
El 99 % de los mensajes recibidos son, de alguna manera, falsos.
1) El primer obstáculo es que el médium no es un transmisor sino un
traductor. Un teléfono o una radio son transmisores, y el médium no
es ninguna de estas cosas.
El médium traduce las ideas o conceptos de los desencarnados a
palabras entendibles en el plano físico.
En los mundos suprafísicos o "espirituales" no se usa el lenguaje como
en el plano físico sino la telepatía, a través de la cual en un
instante se puede transmitir el contenido de toda una biblioteca.
El problema de la mediumnidad consiste, entonces, en cómo transmitir
una idea o un concepto de cierta vastedad en pocas palabras.
Si en el plano físico a mil personas se les pide describir en diez
líneas una casa, casi con seguridad se tendrá la descripción de mil
casas distintas. Y con la mediumnidad sucede lo mismo.
Al no ser un teléfono o una radio, al médium le cabe el conocido
refrán de "tradutore traditore", es decir, el traductor es siempre un
traidor.
Y en esto no tiene nada que ver la buena fe, porque sucede lo mismo.
Naturalmente que si el médium es de mala fe el problema se agrava.
2) El segundo obstáculo es que al problema de la traducción hay que
agregarle otro no menos importante, que es el hecho de que la mayoría
de los mensajes mediúmnicos son brindados por entidades del Error, es
decir de los planos 2 y 3, que a su ignorancia hay que agregarle las
intenciones de escarnecer a los seres encarnados, aprovechando que
éstos no pueden percibirlos (ellos sí pueden percibirnos, porque,
como pauta, los planos superiores pueden ver a los inferiores).
Mal, entonces, estas entidades pueden transmitir verdades que ni ellos
mismos saben. Incluso existen entidades que han alcanzado los planos
superiores pero a causa de su ego han descendido de nivel, y utilizan a
los seres humanos encarnados para descargar su odio o frustración.
Éstos son los peores, porque dan mensajes verdaderos mezclados con
mensajes falsos. ¿Y que puede haber más pernicioso que una entidad
que para destruir miente, pero para que le crean la mentira la disfraza
con algunas verdades?
3) El tercer obstáculo es la poca capacidad de la mente decodificadora
del médium para traducir ideas o conceptos a palabras.
Hay traductores y traductores. Si el médium traduce literalmente (es
decir, sin interpretar o evaluar primero el mensaje), esa traducción
puede ser un desastre, tal como sucede con los traductores mecánicos
tan comunes en la actualidad.
A esto hay que agregar el poco o ningún conocimiento que tenga el
médium de la materia sobre la que versa la mediumnidad.
Si la entidad desencarnada transmite conceptos de música y el médium
no tiene este tipo de conocimiento, sería algo excepcional que
traduzca fielmente los mensajes.
4) El cuarto obstáculo son las ideas propias del médium. Si el
médium es, por ejemplo, fanático religioso y una entidad le quiere
transmitir ideas agnósticas, lo más probable es que las tergiverse.
Y esta tergiversación, el médium puede hacerla en forma automática y
de buena fe.
Aquellos que escuchan los mensajes y que confían en la buena fe del
médium porque conocen su trayectoria pueden ser inducidos a error a
causa de esta peculiaridad que ignoran.
¿Qué sucede con las entidades de Luz que se comunican a través de un
médium que tergiversa los mensajes? Simplemente se retiran, y entonces
toman su lugar otras entidades de bajo nivel que continúan los
mensajes haciéndoles creer al médium y a los asistentes a las
sesiones que continúan presentes los Maestros.
Rara vez el médium y los asistentes se dan cuenta de la sustitución,
porque las entidades del Error son muy astutas en este aspecto, y así
es como entonces aquéllos, obviamente de buena fe, comienzan recibir y
a difundir falsedades.
Los mensajes disparatados que escuchamos constantemente y que hieren el
sentido común, tienen esta procedencia.
Los Maestros de Luz no pueden impedir que esto suceda porque tienen que
respetar el libre albedrío, pero ven con pena (los seres de Luz no
sufren por ellos sino por los otros) cómo el médium y sus seguidores
son engañados en su buena fe.
5) El quinto obstáculo son los engramas en reestimulación que pueda
tener el médium.
Como los engramas operan como órdenes hipnóticas, la mente
decodificadora del médium puede recibir bien una idea, pero aun así
el engrama tergiversarlo (siempre en forma automática, ya que el
engrama no depende de la voluntad).
Entonces, por ejemplo, si el médium tiene implantado en su mente
reactiva un engrama con el contenido "Dios no existe", a las entidades
les será imposible lograr que el médium traduzca "Dios existe". De
más está decir que sobre esta base errada, ningún mensaje puede ser
válido.
6) El sexto obstáculo es la agresividad de los asistentes a una
sesión mediúmnica, que puede desestabilizar el delicado organismo del
médium y por ende a la entidad incorporada.
La fidelidad de la transmisión en estas circunstancias se resiente, e
incluso puede hacer "saltar" del receptáculo a la entidad incorporada.
Cuanto más elevado es el médium, con más facilidad puede ser
desestabilizado. Después de un hecho así, durante varios días el
médium sufre, inevitablemente, diversos trastornos físicos y
psíquicos.
CLARÍN: ¿Por qué el caso de Jorge Olguín sería diferente?
Horacio Velmont: La respuesta es muy simple. En la historia de la
humanidad puede observarse cómo siempre aparece alguien que marca el
punto más alto de la raza en ese momento.
Cuando Barnard hizo la primera operación de corazón era el único que
la podía hacer, a pesar de todos los buenos cirujanos que existían en
esa época. El día 5 de mayo de 1954, el atleta británico Roger
Bannister corrió la milla por debajo de los 4 minutos, siendo, para
los expertos algo casi inconcebible que una persona pudiera cubrir
dicha distancia en un guarismo por debajo del "límite" imaginario de
los cuatro minutos. La sonata de Beethoven llamada "el martillo" fue
considerada imposible de ejecutar hasta que lo hizo Franz Liszt. Las
posibilidades de la ejecución violinística permanecieron ignoradas
hasta Paganini, del cual se dijo, por su virtuosismo, que había
pactado con el diablo. Hoy, muchos cirujanos hacen operaciones de
cozarón, muchos corredores han sobrepasado el récord de Bannister,
muchos pianistas ejecutan la sonata "el martillo" de Beethoven y muchos
ejecutan las composiciones de Paganini con toda facilidad.
Pero siempre hay un pionero, que encarna precisamente con la misión de
imprimir un nuevo impulso al hombre.
En el campo de la mediumnidad, el profesor Jorge Olguín es uno de
estos pioneros. Es uno de los cuatro médium en todo el mundo capaz de
recibir la Energía Crística (el Cristo) y el primero, y el único
hasta ahora, que pudo incorporar a un eloaHoracio Cualquier otro
médium hubiera sido destruido por la tremenda energía de estas
entidades.
Por otra parte, la mediumnidad de Jorge Olguín es la de una entidad
que, como espíritu, se encuentra en el 5to. nivel de vibración, el
más alto grado al que puede alcanzar un espíritu, siendo su fidelidad
de transmisión del 95 %, que llega casi al 100 % cuando revisa el
material grabado y lo corrige, momento en el cual también es ayudado
por su propio Yo Superior (Johnakan Ur-el) y otras altas entidades.
CLARÍN: ¿Cómo se puede saber si lo que transmite el profesor Olguín
es verdad?
Horacio Velmont: Fundamentalmente a través de la práctica y el
estudio. Se llega un punto en que de tanto dialogar con las entidades
uno termina haciéndose experto.
Pero a esto debe sumarse la condición de que el interlocutor debe
tener suficientes conocimientos sobre la materia sobre la cual
pregunta.
Si el interlocutor no sabe nada, por ejemplo, de Dianética o de
Cienciología, mal puede evaluar si la entidad que responde es el
espíritu que animó a Hubbard cuando estuvo encarnado o si la entidad
que se presenta conoce el tema.
De la misma forma, solamente alguien que tenga un mínimo de
conocimiento de la teoría de la relatividad sabría si es Einstein o
algún otro sabio de la misma magnitud el que se está comunicando y
brindando explicaciones (en realidad no importa el nombre de la entidad
sino el mensaje).
Cuando yo dialogo sobre Dianética o Cienciología, sé muy bien si la
entidad que se comunica sabe o no del tema. Además, el espíritu que
animó a Hubbard cuando estuvo encarnado tiene una forma peculiar de
comunicarse que con la práctica se aprende a individualizar.
Para concluir, hay que tener en cuenta que los espíritus son, al
encarnar, meros intérpretes de un rol, y que al desencarnar ese rol
desaparece.
Esto significa que nadie puede comunicarse con el Jesús histórico,
con Hubbard, el fundador de Cienciología, con Confucio, el filósofo
chino, o con su propio padre fallecido, porque éstas personas fueron
meramente personajes interpretados por un determinado espíritu (y
solamente por su 10 %, quedando el 90 % en su plano de origen), que
incluso a lo largo de su vida encarnaron y ejercieron otros roles.
Por lo general, los espíritus encarnan 100, 200 o más veces, de modo
que sería absurdo confundir un rol con el espíritu-actor que lo
animó. Sería lo mismo que confundir al espía de ficción James Bond
con el actor Sean Connery que lo interpretó, que además interpretó
también otros papeles.
En mi práctica mediúmnica he visto que los espíritus que se
incorporan para dialogar se molestan bastante cuando algún asistente
los confunde con el rol que interpretó en el plano físico, con el
cual poco o nada tienen que ver.
CLARÍN: ¿Es importante que el interlocutor, además poseer
conocimientos suficientes sea clear, es decir que esté libre de
engramas condicionantes?
Horacio Velmont: Sería muy conveniente, porque, por ejemplo, si el
interlocutor tuviera activado un engrama con el contenido verbal de
"nunca lo creeré", "no lo puedo creer", "son tonterías",
"no le haré caso", o cualquier otro engrama negatorio -que
cualquier persona tiene porque son muy comunes-, estará pronto para
rechazar cualquier evidencia, aun la más contundente.
Siendo clear, las probabilidades de que evalúe con imparcialidad las
respuestas de las entidades son mayores.
Otro de los engramas invalidantes sería aquel que contenga el tan
conocido, y no menos disparatado dicho, de que "a los muertos hay que
dejarlos en paz".
Con un engrama de esta naturaleza en su mente reactiva, sería un
milagro de que alguien se atreviera a participar de una sesión
mediúmnica.